
Pequeñas acciones grandes cambios

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Reducir, reutilizar y reciclar:
Minimizar el uso de productos de un solo uso y reciclar correctamente ayuda a reducir la contaminación y la destrucción de hábitats.
Apoyar la conservación:
Donar a organizaciones de conservación y participar en actividades de voluntariado para proteger hábitats naturales y especies en peligro.
Consumir responsablemente:
Optar por productos sostenibles y certificados como orgánicos, de comercio justo y cosechados de manera sostenible para reducir la demanda de recursos naturales.
Educación y concienciación:
Informarse sobre las especies en peligro de extinción y compartir ese conocimiento con otros para aumentar la conciencia y el apoyo a su conservación.
Reducción del consumo de carne:
Reducir el consumo de productos de origen animal, especialmente aquellos asociados con la deforestación y la pérdida de hábitat, puede ayudar a proteger ecosistemas críticos.
Prácticas de pesca sostenible:
Apoyar la pesca responsable y evitar productos de pesca asociados con la captura incidental de especies en peligro de extinción.
Respetar los hábitats naturales:
Mantenerse en senderos designados y seguir las regulaciones en áreas protegidas para evitar la perturbación de hábitats sensibles.
Reducir el uso de pesticidas y herbicidas:
Optar por prácticas agrícolas y de jardinería orgánicas y amigables con el medio ambiente para proteger la vida silvestre y los ecosistemas acuáticos.
Participación en políticas de conservación:
Apoyar legislaciones y políticas que promuevan la conservación de la vida silvestre y la protección de hábitats críticos a través de la participación en acciones de activismo y votación informada.
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